lunes, 15 de agosto de 2011

Artista (2) vs Artista (4)

¿Qué es lo primero que se le viene a la cabeza a alguien cuando escucha la palabra "artista"? "Alguien que produce obras de arte" o algo similar sería la respuesta esperada. Veamos qué dice la RAE al respecto:

artista.
1. adj. Se dice de quien estudiaba el curso de artes. Colegial artista.
2. com. Persona que ejercita alguna arte bella.
3. com. Persona dotada de la virtud y disposición necesarias para alguna de las bellas artes.
4. com. Persona que actúa profesionalmente en un espectáculo teatral, cinematográfico, circense, etc., interpretando ante el público.
5. com. artesano (‖ persona que ejerce un oficio).
6. com. Persona que hace algo con suma perfección.

La acepción que más se parece a lo dicho arriba es la segunda. Pero fijémonos por otra parte en la cuarta acepción. Probablemente sea esta la que usa tu abuela para describir a las personas que suelen aparecer en sus revistas de prensa rosa. Este uso está enormemente extendido, pero ¿hasta qué punto podemos llamar artista a alguien que no ejerce el arte directamente?

Hay que tener en cuenta que, de este modo, los que hacen el guión de una película son artistas y los que lo utilizan para hacer llegar la obra al público también lo son. Por supuesto, sin el trabajo conjunto de ambos grupos la obra nunca llegaría al público, pero hay que matizar un par de cosas en ese aspecto. La primera es que, si bien el actor puede ser sustituído por muchos otros, las ideas de un guionista son en muchos casos únicas e irrepetibles. La segunda es que los actores se llevan todas las alabanzas y el dinero, mientras que los guionistas suelen pasar bastante desapercibidos. No hay Oscar a mejor guionista, sino al mejor guión, pero por otra parte hay varios que se otorgan a los mejores actores. Así el guionista, el artista que tiene que ver de un modo más directo con la distribución de la obra por ser su creador se queda a dos velas con respecto al otro artista, el actor, que sólo interpreta lo que le dan.

No digo que los artistas de la acepción 4 no sean necesarios ni importantes, sólo digo que sus sueldos y su fama son tremendamente desproporcionados con respecto a su implicación en el producto final (la película en el ejemplo dado). A mi parecer, un actor o cualquier otro artista de la acepción 4, por bueno que sea, no tiene más mérito haciendo su trabajo que un reprógrafo. Ambos toman obras en cuya ideación no suelen participar y utilizan distintos medios para que esta llegue al público objetivo. Y sin embargo el artista de la acepción 4 va a recibir por ello más dinero del que el reprógrafo probablemente vaya a ver junto en el mismo sitio.

Y así llegamos a la cruda realidad: el artista de la acepción 2 crea arte, pero su obra se ve completamente eclipsada por el trabajo del artista de la acepción 4, que sólo se encarga de su correcta distribución y aún así se lleva la mayor parte del mérito de la obra, el dinero, y los aplausos del público. Por supuesto, en algunos casos (más que nada, cuando se trata de películas basadas en libros) el artista de la acepción 2 también recibe fama y dinero a cascoporro, pero es algo un tanto anecdótico en el caso del cine.

Cabe destacar, por otra parte, que si bien todo lo dicho anteriormente describe a la perfección el panorama cinematográfico y musical (comentaré algo sobre esto un poco más abajo), en el caso del teatro no se cumple. En el teatro, el artista de la acepción 2 o dramaturgo recibirá más atención de la que nunca tendrá el artista de tipo 4 o actor, probablemente por el hecho de que no se trata de un espectáculo tan cerrado, ya que la misma obra se puede representar muchas veces en muchos lugares por muchas asociaciones teatrales. Personalmente, veo bastante más apropiada esta relación entre los dos tipos de artista que nos ocupan.

Y bien, quisiera terminar esta entrada con una pequeña reflexión en el panorama de la música actual. Si bien en ninguna de las acepciones de la palabra artista se mencionan a los miembros de un grupo musical, muchas de las personas que utilizan asiduamente la cuarta acepción de la palabra también la usan con ellos. Bajo mi punto de vista, esto podría ser debido a que con el paso del tiempo (sobre todo a partir de Michael Jackson) los grupos musicales han ido tomando cada vez más licencias dramáticas. Así, los videoclips musicales son en muchas ocasiones pequeñas historias interpretadas de una forma muy similar al cine pero con música en vez de diálogo como elemento central, y los conciertos tienen en muchas ocasiones cierto grado de teatro. Hay canciones que relatan historias y es raro que no estén acompañadas por un baile... ¿soy el único al que un concierto le recuerda vagamente a un musical? En cualquier caso, la fama que alcanzan estos grupos no es absoluta como la de los actores (donde hasta un secundario puede forrarse por una película) sino que depende de su función. Así, un vocalista siempre será exitoso si el grupo al que pertenece lo es, un guitarrista sólo lo podrá ser en un grupo de rock o heavy metal y un bajista estará siempre a la altura del betún, normalmente acompañado por el batería y el del teclado, si hay.

En fin, doy fin a esta entrada y dejo el tema por ahora. Esto es todo por hoy. Vigilen los celos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario