Si no la has leído aún, échale un ojo a la primera parte de esta guía antes de seguir leyendo.
Mira tú por dónde,
la guía que empecé hace un par de meses tiene ahora una segunda parte. ¿Quién se lo habría imaginado? Yo desde luego no. Pero se me antoja que la entrada anterior queda bastante incompleta puesta en perspectiva. Vale, ahora has definido tus objetivos y aprovechas mejor tu tiempo libre, pero sin la dirección adecuada puedes invertir mucho más tiempo y esfuerzo del necesario para conseguir lo que te propones.
Y os lo digo por experiencia, hasta hace relativamente poco me pasaba la mayor parte del tiempo que dedicaba a mis proyectos dando vueltas en círculos por pura cabezonería, como esos trenes de juguete que hacen su recorrido ellos solos. Yo de pequeño tenía uno, y por lo que me contaban mis padres, solía ponerlo a funcionar en el pasillo mientras jugaba con otros juguetes. Pero basta de digresiones, voy a comentaros lo que, cuanto menos desde mi punto de vista, son las formas más probables de acabar transitando el camino largo lleno de fosos, sangre y dolor en lugar del camino corto y placentero con animalitos del bosque y otras chorradas. A no ser que te vaya lo gore, en cuyo caso sería al revés.
Análisis, observación y planificación
Esto se hace efectivo antes de que nos pongamos manos a la obra con nuestros proyectos. Pongamos que queréis, yo qué sé, abrir un parque de atracciones, y como tenéis una montaña de dinero de una altura considerable lo mejor es empezar lo antes posible a contratar empresas de albañilería y todo eso, ¿verdad? No, en absoluto. Lo primero que hay que hacer tras definir el objetivo de un proyecto es... bueno, está en el título de este apartado: análisis, observación y planificación.
Lo primero es el análisis. La primera pregunta que hay que hacerse es ¿tengo las habilidades necesarias para llevar a cabo este proyecto? Esto puede parecer especialmente complicado de determinar en proyectos complejos y, una vez más, lo mejor es dividir el proyecto en partes y analizar en detenimiento lo que necesitas ser capaz de hacer para realizar efectivamente cada una de las partes. Volviendo al ejemplo del parque de atracciones, puede que seas un hacha convenciendo a la gente y hacer publicidad de tu parque no te suponga ninguna clase de problema, pero si no sabes de finanzas y no tienes a nadie que se encargue del tema puedes darte un batacazo muy rápido. Aquí tienes dos opciones, o aprender algo sobre contabilidad por tu cuenta (yo qué sé, yendo a un curso o gracias al todopoderoso internet) o buscar a alguien que se encargue del tema (de esto ya hablaremos más adelante).
Ahora que ya estás preparado para lo que pudieras necesitar ya puedes llamar de una vez a los albañiles, ¿verdad? Por si no era dolorosamente evidente, no, aún no. Sea lo que quiera que vayas a hacer, por rebuscado que sea, es probable que otra persona lo haya hecho antes que tú. Busca proyectos similares, e infórmate sobre cómo se llevaron a cabo, sobre los percances que suelen tener y cómo los solucionaron otras personas. Si la cosa tiene el suficiente intríngulis, es posible que hasta haya gente que escriba o dé charlas para ayudar a otros con su experiencia. Volviendo al ejemplo del parque de atracciones (del que me estoy arrepintiendo un poco pero que todo tiene su motivo como ya veréis) quizás hay, qué sé yo, una marca de espejos curvos que son muy baratos pero que hacen a todo el mundo sentirse gordo y es terriblemente impopular. Esa clase de cosas pueden saberse de antemano.
Y ahora que tenemos algo de idea del proyecto sí que podemos hacer planes, pensar en los contratiempos más probables, cómo hacerles frente si se presentan y, lo que es más importante, tener una idea general de lo que queremos hacer y cómo hacerlo. Hay que tener en mente que por mucho que planifiquemos es imposible estar seguros de que todo va a salir bien (aparte de que sería muy aburrido). Planificar un proyecto es como estudiar para un examen; puedes suspenderlo habiendo estudiado, pero si estudias y lo haces bien tienes muchísimas más probabilidades de aprobar.
Y ahora es cuando explico a qué viene lo del parque de atracciones y por qué es tan importante esta fase previa del proyecto. Os presento a
Undead Atrocity. Undead Atrocity es un proyecto de parque de atracciones que resultó ser el mayor ejemplo de "mucho ruido y pocas nueces" que he visto en toda mi vida. El organizador (u organizadores) se puso a anunciarlo como un loco, molestando a gente famosa de internet, repitiendo su eslogan y su premisa cientos de veces, anunciándose donde nadie se lo esperaría. Vamos, alguien perseverante.
Pero el proyecto no tenía ninguna clase de base, esta gente estaba empezando a hacer publicidad sin una idea clara de qué quería hacer, cómo y con qué medios, como podéis ver en facebook. Estaban vendiendo camisetas y pensando en hacer manga o algo así sin ni siquiera tener el parque abierto al público. Ni planeado. Es más, parece que ni tenían muy claro dónde iba a ser. Os pongo su descripción de
la cuenta en twitter: "A mix of virtual reality and real life, wrapped up inside of a Theme Park, and a Graphic Novel and Manga story creating and/ or illustration group. Message us.". Y aprovecho esto para enlazar con la siguiente sección:
No te desvíes... pero tampoco te obceques
Es muy irónico que yo aconseje el no desviarse y soy plenamente consciente. Irónico porque soy cofundador de
Monifate (
SPAM, SPAM, SPAM, SPAM) y al principio íbamos a hacer solo vídeos de Versión Original Subtitulada, como los de la difunta Noche Hache (de hecho al principio se llamaba "Monifate Vídeos"). Después también teníamos en mente algún videojuego. Y después lo fusionamos con "er bló de la curtura", un blog ahora extinto en el que posteábamos cosas similares a lo que ahora son las entradas de texto de Monifate. Y sí, esto fue un desvío bastante grande de la idea que teníamos originalmente, es cierto. Pero no me refiero a esto con lo de no desviarse. De hecho es un ejemplo perfecto de cómo las cosas pueden desviarse sin que sea necesariamente malo.
Desde el principio era nuestra idea crear una web de contenido absurdo, lo de los vídeos era una restricción innecesaria y nos dimos cuenta antes de cansarnos de hacerlos. Esta clase de cosas son importantes, las ideas cambian, los proyectos evolucionan. Este verano he rodado una película que, por circunstancias ajenas a mí, he tenido que reescribir prácticamente entera (y la cosa ha mejorado un huevo desde que lo hice). Es importante saber cambiar la dirección de un proyecto para que esté acorde a las circunstancias. Si quieres que
Tokiame ilustre tu obra y no te ha contestado el mensaje que le has mandado, tienes dos opciones: aprender japonés para mandarle un mensaje que entienda o elegir a otro dibujante; si te obcecas con la idea original de tenerlo como ilustrador sin hacer nada más el proyecto no va a avanzar nunca.
Lo que no hay que olvidar nunca es la idea principal; el tema del proyecto, lo que quieres conseguir. Si lo haces te pasas un buen rato dando tumbos y perdiendo el tiempo. Volviendo al ejemplo de Undead Atrocity; en principio la idea era hacer un parque de atracciones, pero después empezaron a salir cosas adicionales y a dispersarse todo, como si el proyecto tuviese déficit de atención o algo. Una cosa es abrirse de miras y aceptar hacer más cosas de lo que cubría el nicho que estabas pensando en ocupar, y otra muy distinta es abrir frentes de batalla antes de que hayas conquistado terreno en el principal. Cuanto más te desvíes, menos tiempo podrás dedicar a lo que en principio querías hacer, es un hecho.
Aquí también se puede añadir una frase que leí en Bakuman (un manga que recomiendo a todos aquellos que estén leyendo esto porque, en fin, va de perseverancia y trabajo duro) que me gusta bastante: "Muchos capitanes llevan el barco a una montaña". Cuando haces un proyecto en conjunto con mucha gente es muy probable que la cosa se vaya de madre; es INCREÍBLEMENTE COMÚN que todo el mundo quiera dirigir la trayectoria del proyecto, en muchas ocasiones sin saber verdaderamente lo que quiere y/o sin estar dispuesto a esforzarse lo más mínimo en conseguirlo. Acéptalo, tu proyecto necesita un núcleo de 1-3 personas (entre las que puedes o no estar) que tome iniciativas y la responsabilidad del funcionamiento adecuado del proyecto. No estoy con esto promoviendo regímenes dictatoriales ni nada por el estilo, pero estoy acostumbrado a trabajar en grupo y muchas veces la respuesta del grupo es simplemente "meh", y si todo el mundo espera a que alguien tome las riendas al final nadie las toma y la cosa se descontrola. Aún así, la ayuda de otras personas es muy importante y a veces incluso necesaria. Lo que me lleva al siguiente punto.
Acepta ayuda externa
Por si no te ha quedado claro hasta ahora, planees lo que planees es bastante probable que te venga bien que alguien te eche una mano a algo, directa o indirectamente. Directamente porque no todos somos buenos para todo; tenemos nuestros puntos fuertes y nuestros puntos débiles, y la gran ventaja es que todos tenemos una configuración distinta de estos dos factores. Puede que seas un buen guionista de historietas pero dibujar no sea lo tuyo. Obviamente puedes aprender a hacerlo, pero en muchas situaciones el resultado solo va a acabar siendo "decente" en lugar de bueno. En vez de hacer esto, puedes asociarte con alguien al que se le dé bien dibujar historietas pero que sea un manta con los guiones.
Indirectamente, porque incluso gente que no va a colaborar activamente en el proyecto puede dar consejos realmente buenos para su realización. Si hay algo que me ha costado aprender es, precisamente, que puedes aprender cosas de prácticamente cualquier persona. Incluso alguien que no tenga ni idea de qué estás haciendo puede darte consejos muy útiles para su realización; a veces en forma de cosas que se aplican colateralmente a tu trabajo y a veces en forma de filosofías de aplicación poco menos que universal.
Y recordad siempre que en muchas ocasiones las cosas se ven mejor desde fuera. Tal y como dije en
la entrada anterior, la mayor ventaja (desventaja en este caso) de ser seres racionales es que se nos da de maravilla mentirnos a nosotros mismos y cerrar los ojos. A veces estamos dando tumbos bestiales en nuestros proyectos, sin tomar una dirección clara y perdiendo mucho, mucho el tiempo; pero aún así nos convencemos de que todo va bien. Esta clase de cosas desde dentro del proyecto no siempre se ven todo lo claramente que podrían, pero para alguien que no participe en él son evidentes. Lo que quiero decir con todo esto de la ayuda indirecta es, más que nada, que a veces vuestras madres tienen razón. En serio.
En cualquier caso, si bien es importante no ser cabezota y saber aceptar ayuda externa cuando es necesaria, es muy importante contrastarlo y no soltar los mandos a la primera de cambio. Por un lado, hay que tomarlo todo con espíritu crítico; no toda la ayuda indirecta es buena, y en muchas ocasiones los consejos los dan vagos y listillos (normalmente impíos híbridos de ambos), que meten las narices en tus proyectos sin saber lidiar con los suyos. Por otro lado, me conozco a más de uno (y, por desgracia, a más de dos y de tres también) que cuando reciben ayuda en un proyecto dejan de esforzarse automáticamente y te cargan el muerto a ti. Supongo que no tengo que decir por qué esto no es una buena idea. O a lo mejor sí, así que a eso dedicaré la siguiente sección.
Trabajar, trabajar, trabajar, trabajar y... trabajar
Creo que ya traté sobre esto
en la entrada anterior, pero no está de más un pequeño recordatorio. Si eres un vago y lo sabes, lo siento por ti, no hay excusas para el trabajo duro. Cuanto mayor sea el calibre de lo que quieras hacer, más vas a tener que trabajar, no importa si te rodeas de gente que te ayude o si creas robots para que lo hagan por ti, vas a tener que esforzarte y mucho.
Como creo que dije en su momento, no esperes a la inspiración divina para empezar, no esperes a que las estrellas se alineen o empiece un nuevo año o lo que sea para dedicarte a ello, no lo pospongas, haz caso omiso al miedo que puedas tener por empezar algo nuevo (sí, no pierdas tiempo convenciéndote de que no lo tienes, todos experimentamos eso). Puede ser que no puedas empezar a hacer algo ahora mismo por lo que sea (como que dependas de otra gente para ello o qué sé yo), pero siempre puedes empezar a hacer tu plan de accion para el proyecto; definir adecuadamente el objetivo, pensar en los posibles contratiempos, prepararse para ellos, pensar en los recursos necesarios (tiempo entre ellos) y si merece la pena invertirlos o si hay otras formas más "baratas" de llegar al mismo resultado.
Sea como sea, en casi cualquier momento de tu vida vas a poder hacer algo para avanzar en uno de tus proyectos, lo único que necesitas es tener ganas de trabajar en ello. Obviamente, todos tenemos esos días en los que no conseguimos concentrarnos en algo o vemos todo muy difícil y nos entran ganas de dejarlo. Si alguna vez te encuentras en una de esas situaciones, te recomiendo lo que hago yo: DEJA DE HACER EL TONTO Y PONTE A TRABAJAR. O como dice de una forma más esperanzadora y menos hiriente una de mis personas favoritas del mundo, Shuuzou Matsuoka:
NEVER GIVE UP.
Claro que hay situaciones en las cuales quizás seguir trabajando en algo no sea la mejor idea. Y lo estoy diciendo en serio, de eso va la siguiente sección.
¿Merece la pena o no?
Hay veces que nos obcecamos con una idea, lo vemos como algo genial y nos cegamos a la hora de hacerla. Y después lo vemos en perspectiva y resulta que la cosa no era tan interesante como creíamos. A mí me ha pasado un par de veces y es horrible, pero conozco a gente que tiene un talento especial con esta clase de cosas y al final se dan cuenta de que están metidos hasta las cejas en un proyecto que no merece la pena, ya sea porque han cambiado de parecer durante su realización o que tampoco estuviera tan bien desde un principio.
No todos los proyectos merecen la pena, y es muy importante tener en mente la relación entre esfuerzos y beneficios antes de llevar algo a cabo. Como sé que esto suena bastante mal, voy a aclarar: beneficios son todo aquello que puedas sacar en limpio del proyecto, ya sea satisfacción personal, dinero, reconocimiento... todo lo bueno que puedas obtener por hacer algo. Esfuerzo es todos los recursos que tienes que invertir para conseguirlo: tiempo, dinero, esfuerzo físico. Para discriminar en qué conviene invertir el tiempo y en qué no, utilizaré a un buen amigo; la gráfica de esfuerzo y beneficio.
|
Versión modificada de una imagen de esta página. |
Lo que está en verde son proyectos de bajo esfuerzo y alto beneficio. Siempre, SIEMPRE merecen la pena, son todo ganancias y es un derroche no dedicarles tiempo. Los que están en azul son los proyectos de alto esfuerzo y alto beneficio. Merecen mucho la pena, pero no va a ser fácil llevarlos a cabo y tienes que ir mentalmente preparado para sudar sangre y trabajar como un poseso. En el fondo son los más divertidos de todos, los que te ponen a prueba, esos de los
que dice Matsuoka que no hay que rendirse.
Los que están en la zona amarilla tienen requieren bajo esfuerzo y reportan un bajo beneficio. En principio no merecen mucho la pena, son pérdidas de tiempo disfrazadas y hacer muchas de estas cosas puede desviarte de las más importantes. La excepción a esto son cosas que independientemente no merecen mucho la pena, pero en conjunto son especialmente beneficiosas (y cabe en esta categoría todo lo que tenga que ver con entrenar; ya sea para un deporte, un instrumento musical, un idioma...), que sí que conviene hacer, pues con el tiempo pueden ser resultar ser tan importantes como las cosas de las zonas verde y azul. Los que están en la zona roja requieren alto esfuerzo y reportan un bajo beneficio, y estos, salvo contadas excepciones, son las verdaderas pérdidas de tiempo y los que debemos evitar a toda costa.
Hasta aquí todo muy fácil, es más, es probable que no os esté diciendo nada nuevo (quizás con los colorines quede más claro, pero en fin). El problema es que en la práctica no todo es tan fácil, y a menudo nuestro juicio subjetivo de estas categorías se corresponde poco con la realidad. Las personas más vagas (y por un motivo distinto, también las que tienen menos confianza en sí mismas) tienden a sobrevalorar el esfuerzo; es decir, suelen asignarle un valor mayor al que en realidad tiene y al final muchas cosas que merecerían la pena acaban en la zona roja del gráfico. Las personas más pesimistas infravaloran los beneficios, consiguiendo un resultado similar. Las parsonas más pasionales sobrevaloran los beneficios y acaban dedicando más esfuerzo que deberían a cosas que no merecen la pena. Las personas menos cautelosas infravaloran el esfuerzo y les pasa tres cuartos de lo mismo.
¿De qué forma podemos evitar estos sesgos? Yo soy bastante partidario de hacer lo que ya he mencionado en apartados anteriores: por un lado, analizar concienzudamente lo que se planea hacer y estudiar detenidamente el esfuerzo y los beneficios y por otro consultarlo con personas de confianza y/o con gente que haya hecho algo parecido. Obviamente, ni siquiera esto es infalible, pero es una buena aproximación a la realidad que merece la pena usar.
Por otro lado, no puedo acabar esta sección sin mencionar una de las cosas más incómodas que te pueden pasar a la hora de hacer un proyecto. Supongamos que ya llevas un tiempo trabajando en el asunto y ya has conseguido más de la mitad de lo que te proponías y en ese momento, de repente, te das cuenta de que lo que querías hacer no merece la pena en absoluto. No que estés cansado y estés buscando escusas para no continuar (en tal caso, me remito de nuevo al
vídeo de Matsuoka), sino que tengas una revelación y te des cuenta de que lo que querías conseguir te beneficia mucho menos que lo que pudiera contrarrestar el trabajo que tienes que dedicarle a partir de ese momento. Si este caso se da solo hay una opción posible: dejar el proyecto inmediatamente.
Si sigues trabajando por miedo a perder todo lo que has hecho a pesar de que lo que fueras a conseguir no merezca la pena, estás cayendo en la
"falacia del costo irrecuperable" o "falacia del Concorde". Como bien dice la Wikipedia sobre esto: "los argumentos para seguir invirtiendo en el proyecto no se deben basar en el miedo a la pérdida de lo invertido sino en las expectativas de funcionamiento del proyecto ambas cosas totalmente independientes". O lo que es lo mismo, ya has perdido mucho tiempo con esto, deja de hacer el tonto y no pierdas más. Tal y como comentaba antes, al valorar esto también nos podemos equivocar y el error puede ser desastroso; así que lo mejor es, de nuevo, no tomar la decisión a la ligera, examinar detenidamente todos los factores, y consultar la decisión con los implicados y otra gente de confianza.
Resumen de las dos entradas.
Para finalizar, vamos a echar un vistazo conjunto a lo dicho en esta entrada y en
la anterior en forma de un plan de acción simple.
- Plantear objetivos
- Analizar qué se necesita para llevar a cabo el proyecto, observar proyectos similares
- Calibrar esfuerzo y beneficios, desechar si no merece la pena
- Planificar cómo se va a llevar a cabo el proyecto, contando con la ayuda de otras personas si fuera necesario
- Organizar tu tiempo acordemente con lo planificado, aprovechando cada momento al máximo
- Trabajar
- No desviarse demasiado ni obcecarse excesivamente con el plan inicial
- Trabajar
- Trabajar
- NEVER GIVE UP!!!!!
- Trabajar
- Trabajar
- Terminar el trabajo
- Evaluar el trabajo realizado, sentirse orgulloso y celebrarlo si procede
- Repetir todo esto con otros objetivos
A modo de adenda, os paso también un diagrama que uso para evaluar la evolución de los proyectos de
Monifate.
No sé si haré más partes de esta guía en el futuro (probablemente no, no se me ocurre ahora mismo qué más podría contar sobre el tema), pero en caso contrario solo me queda desearos mucha suerte con lo que hagáis; aunque, en palabras de Terezi Pyrope, no la vais a necesitar. Aseguráos de crear vuestra propia suerte.